12 + 1 Panes

Un lugar donde podemos compartir los apuntes y comentarios inportantes del Curso de Panaderia Artesanal que se dió inicio en Caracas del 09 de Septiembre al 05 de Noviembre de 2006

martes, noviembre 07, 2006

Los Aromas del Pan

Los Aromas del Pan

Una madrugada de un mes que no recuerdo y de un año que desconocía, mi madre me sacó de la cama de madrugada y junto al resto de mi familia salimos a la calle, sorprendida observé que otras familias vecinas al igual que nosotros también se dirigían al final de la calle donde vivíamos, era una calle muy larga que comenzaba a orillas del mar y terminaba a orillas del Río Manzanares, río que atraviesa mi querida Cumaná.
No se que edad tenía entonces, pero estaba muy pequeña, mi madre me llevaba de la mano y cuando por fin llegamos al final de la calle, a las orillas del río, todos se quedaron parados mirando hacia el cielo.
De ese momento sólo quedó en mi mente lo que les he contado y tres cosas más, una que mi madre me dijo míralo hija, míralo bien que en tu vida solo lo volverás a ver cuando tengas 80 años, la segunda que se trataba de una cosa que brillaba en el cielo que tenía un rabo y en la punta del rabo brillaba una estrella, se trataba de la aparición de un cometa, del que tampoco recuerdo el nombre, y la tercera del olor, el olor que embriagaba esa calle, que envolvía esa madrugada, olor a pan, a pan de azúcar “bombón”, cuesta dos centavos pero si lo quieres con azuquita por arriba, te cuesta una locha mi niña, decía el portugués, a pan morocho, era un pan salado que parecían dos pancitos pegados, yo los llamaba morochos porque me los comía en dos partes, los partía por el medio y me comía uno primero con mantequilla y el otro después lo abría por el centro y le metía un cambur manzano; olía a pan, a bollo de pan, déme un bollo de pan señor, pá comémelo mojao en guarapo; olía a pan de piquito, el que llegaba a casa sin punta, porque en el camino te robabas el piquito tostao; olía a pan de huevo, al pan de mi padre, era grande como el, ni redondo ni alargado, era todo eso junto como un pan andino largo y ancho pero este era salado, la costra como la de un pan sobao, suave pero con un toquecito crujiente y la miga muy blanca como espuma de leche, olorosa a huevos, era suave y esponjosa, con un pan de ese almorzaba la familia completa y quedaba, para en la merienda untar con mantequilla y mojar en el café de las 4 de la tarde; olía a pan, al pan de mis sueños, al pan de mis juegos, al pan de mi mañana, al pan de mis ochenta años.

continuará...

1 Comments:

Blogger ana said...

Tengo los ojos llenos de lagrimas despues de leer esto que cuenta Marisela, que hermoso!!!!

Espero que continué...

Cada uno de uds es un ser super especial... que bueno conocerlos!

Los quiero,

3:42 p. m.  

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